Hace unas semanas encaramos la presentación del enriquecimiento ambiental, principalmente para ampliar un poco sus implicancias en la vida diaria de nuestro perro. Mucha teoría, muy lindo todo, pero ¿cómo lo aplicamos en la vida diaria? Vamos a comenzar a desglosar toda esta teoría a través de los requerimientos de ejercitación física.
Los perros, si no estuvieran con nosotros, se ejercitarían a diario para, por ejemplo, conseguir comida. Con este ejemplo, imaginemos a una jauría persiguiendo un animal x: tendrían que caminar, trotar o correr a través de una o más superficies diferentes, con vegetación variada, atravesando o esquivando ciertos elementos (plantas con espinas, árboles, pozos), algún miembro de la jauría, incluso, tal vez deba meterse en una madriguera, agazapado, para sacar a su presa, o moverse “cuerpo a tierra” entre algunos troncos caídos.
Los perros, estando con nosotros, dan la vuelta manzana. 4 calles, normalmente todas con la misma pendiente. ¡La vuelta manzana!
¿Y todo eso que harían sin nosotros? ¿Cómo lo reemplazamos?
Teniendo en cuenta los requerimientos de ejercitación física de los perros en general, hay varias cosas a tener en cuenta para enriquecer su vida; como ser:
- Tipos de paseos: paseos en semilibertad o en libertad, en lugares nuevos o conocidos, aptos para que nuestro perro pueda deambular seguro.
- Superficies: diferentes superficies para activar diferentes partes del cuerpo: un perro no se moverá de igual forma en una laguna que en el cemento o el pasto y activará diferentes ligamentos y músculos, caminando en zonas inestables, rocosas, arenosas, boscosas, etc.
- Pendientes: los paseos tipo trekking o de senderismo suelen tener caminos de diferentes pendientes en varias direcciones.
- Distancias: si bien un perro mediano puede recorrer entre 20 y 30km en un día, el ejercicio físico funciona igual en humanos y perros; requiere de práctica activa y también de descansos tranquilos para favorecer la recuperación muscular. Lógicamente, al ser cuadrúpedos y cazadores, los perros tendrán naturalmente más resistencia. No hay que olvidarse que la distancia recorrida típicamente se duplica, porque tenemos que volver al auto o a casa, a menos que queramos cargar a nuestro perro durante la vuelta.
- Velocidad: podemos hacer una caminata, salir a correr o, incluso, hacer ejercicios de mejora de la forma física (generalmente se hacen en cámara lenta, con una o más técnicas de guiado).
También, como corresponde, hay que tener en cuenta los requerimientos particulares de tu perro:
- Personalización: ¿tu perro corre, camina, trota? ¿Se anima a caminar por superficies diferentes? ¿Salta sobre troncos, se balancea sobre rocas? ¿Camina sobre arena o por pasturas altas? ¿Tiene alguna exigencia física? ¿Alguna alteración en su motricidad? ¿Qué necesita? ¿Qué le gusta?
Los lugares nuevos y los trabajos de mejora física en general pueden ser desafiantes para tu perro, prestá atención a su señalética siempre que realices una actividad nueva.
Todas las nuevas aventuras repercuten de forma integral en nuestros perros, seguramente notes modificaciones en su conducta relacionadas con la mejora de la confianza, mayor tranquilidad, mejores descansos y más momentos de relajación durante el día.
Con tu acompañamiento, tu perro seguramente sienta que los desafíos que le proponés, no solo son realizables, sino que también se transformarán en una verdadera aventura.
Te acercamos algunos productos que te van a ayudar a ofrecerle un enriquecimiento ambiental super aventurero a tu perro: